viernes, 24 de septiembre de 2010

El Reciclaje

El reciclaje es un factor de suma importancia para el cuidado del medio ambiente. Cuando los aparatos llegan al fin de sus funciones deben de ser tratados mediante procesos que permitan la re-utilización de los componentes aprovechables para no perder en sí todo y para no contribuir a la acumulación de basura en el planeta, tratando de manera adecuada los componentes peligrosos, para no seguir dando pauta al calentamiento global.

La mayoría de los materiales que componen la basura pueden reciclarse, hoy por hoy uno de los desafíos más importantes de las sociedades actuales es la eliminación de los residuos que la misma produce. Se pueden salvar grandes cantidades de recursos naturales no renovables cuando se utilizan materiales reciclados. Cuando se consuman menos combustibles fósiles, se generará menos CO2 y por lo tanto habrá menos lluvia ácida y se reducirá el efecto invernadero.


Razones para Reciclar:

El costo de recogida y eliminación de una tonelada de basura es altísimo;
En América Latina se tiran al año más de 600.000 toneladas de metales;
Si se recicla el vidrio se ahorra un 90% de energía y por cada tonelada reciclada se ahorran 1,2 toneladas de materias primas;
Recuperar dos toneladas de plástico equivale a ahorrar una tonelada de petróleo;
Por cada tonelada de aluminio tirada hay que extraer cuatro toneladas de bauxita (que es el mineral del que se obtiene). Durante la fabricación se producen dos toneladas de residuos muy contaminantes y difíciles de eliminar;
Al reciclar una tonelada de papel se salvan 17 árboles.

Aunque no se duda de sus beneficios, el reciclaje tiene algunos obstáculos que superar. El principal problema es la falta de educación de la sociedad que no entiende lo que le está pasando al planeta, especialmente en lo que se refiere a los recursos naturales.


Las tres "R"

Aplicar la regla de las tres erres es una forma muy sencilla de proteger el medio ambiente. Basta con reducir el consumo de algunos productos, reutilizar los que compres y separar desperdicios para facilitar su reciclaje.

Los residuos son un problema dentro y fuera de nuestras casas. Solucionarlo no está en nuestras manos, pero sí podemos adoptar unas medidas sencillas que ayuden a reducir su volumen. Se trata de aplicar la cosigna de las tres erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar.

  • Reducir:
Evitar el consumo de determinados artículos es la mejor forma de reducir residuos. Por regla general, a la hora de escoger un producto, elige aquel que tenga menos embalaje. Es aconsejable comprar a granel y prescindir de alimentos presentados en bandejitas de corcho blanco y envueltos en plástico transparente: se tiran a los pocos minutos de comprarlos y su destrucción resulta altamente contaminante.
  • Reutilizar:
Intenta sacar el máximo partido a algunos productos: utiliza el papel de escritorio por las dos caras, reutiliza las bolsas de plástico, cajas y embalajes de cartón; muchas veces los límites del reciclaje están en tu propia imaginación. Con un poco de ingenio, puedes dar una nueva utilidad a materiales no orgánicos que normalmente tiras a la basura, como botellas, cajas o latas.
  • Reciclar:
Prácticamente el 90% de la basura doméstica es reciclable; por eso es importante separarla -las firmas de muebles de cocina te ofrecen módulos especiales de reciclado que apenas ocupan espacio- y depositarla en los contenedores adecuados.



Papel.
Evita el consumo innecesario de papel y cartón, reutilízalos para otros usos y, sólo cuando ya no sirvan para nada, llévalos a un contenedor para reciclar. Decide en qué lugar de la casa vas a guardar el papel que acumules cada día. Puedes colocarlo en una caja de cartón o utilizar una bolsa de papel, de modo que puedas tirarla directamente al contenedor. Ten en cuenta que no todo puede ser reciclado: los plastificados, adhesivos, encerados, papeles de fax, pañuelos o pañales no son aptos para su posterior reciclaje.

Vidrio.
El vidrio no se descompone, pero es un material muy fácil de reciclar -salvo algunas excepciones, como las ventanas, bombillas o el pyrex-. De todos modos, siempre que sea posible, elige envases retornables.

Plásticos.
El 14% del peso de la bolsa de basura son plásticos y, en su mayoría, provienen de envases de un solo uso y de todo tipo de envoltorios y embalajes (botellas, bolsas, bandejas y cajas protectoras de corcho blanco, etc.). En este caso, lo más importante es evitar su consumo excesivo y reutilizarlos siempre que sea posible.

Tetrabriks.
Estos envases, fabricados con capas finas de celulosa, aluminio y plástico, conservan bien los alimentos, pesan muy poco y su forma facilita el almacenamiento. Sin embargo, están realizados con materiales de alto impacto para el medio ambiente y su reciclaje resulta muy costoso, debido a la dificultad de separar el plástico del aluminio. Por eso siempre es preferible comprar productos en envases de vidrio o de plástico.

Latas.
Evítalas siempre que puedas, ya que su proceso de fabricación resulta muy costoso, contaminante y supone un importante impacto ecológico. Las de aluminio pueden reciclarse fácilmente, así como otros productos alumínicos, como el papel, los platos o las bandejas de comida congelada.

Tetra Pak



Tetra Pak es una compañia de envasamiento, con un liderazgo industrial responsable, que genera un crecimiento rentable en armonía con la sostenibilidad ambiental y con un decidido civismo empresarial.

La mayor parte de los envases de bebidas de cartón reciclados en todo el mundo son utilizados para la elaboración de cajas de cartón y papel para materiales de oficina. Otros grados de papel obtenidos de estos envases reciclados se utilizan para producir papel de seda, toallas de papel y papel de carta.

Nuevas tecnologías
También se están evaluando nuevas tecnologías específicamente para extraer el mejor valor de las partes de los envases de cartón que no son de papel y que no pueden ser utilizadas por las fábricas de papel. Facilitan el intercambio de información y los desarrollos tecnológicos necesarios para poner a disposición tecnologías de valor agregado. Esto garantiza el crecimiento del reciclado en una forma comercial sana.
Un avance interesante es una planta que utiliza tecnología de plasma térmico en Piracicaba, Brasil. Otra planta que utiliza pirólisis a baja temperatura comenzará a funcionar en Barcelona, España en 2008/2009. Ambas tecnologías permiten la producción de aceites parafínicos y aluminio de alta calidad. Estas nuevas tecnologías complementan las plantas de reciclado mecánicas que existen en todo el mundo, y una planta de gasificación que comenzó a funcionar en Finlandia en 2000, que produce energía y polvos de aluminio secundarios.

Recuperación
La selección del mejor método y tecnología de gestión de residuos depende, en gran medida, de las condiciones locales (distancias de traslado, sistemas de recolección, mercados para el material recuperado, legislación, etc.).
En algunos países los envases de cartón son requeridos por su valor energético (por ejemplo en Dinamarca). Esa es la ventaja de ser una forma renovable de energía debido a la composición del envase, bajo en carbono, y a la eficacia en términos de recolección. En otros países, las normas de recolección son dictadas tanto por la ley (por ejemplo en Alemania) como por la cultura misma (por ejemplo en India).
Sin embargo, en muchos países no hay infraestructura para administrar el residuo local en forma útil, por lo que es entonces depositado en rellenos sanitarios.

Reciclaje en Nicaragua


Cada día, en promedio, cada habitante de la ciudad de Managua produce 0.7 Kg. de residuos sólidos, mientras que los pobladores del resto del país, en promedio, generan 0.50 Kg. /día de residuos. Basándose en las cifras anteriores, los expertos estiman que la generación total de residuos sólidos a nivel nacional, alcanza la suma de 3,500 ton/día, lo que equivale a una producción anual de 1,2 millones de toneladas, lo suficiente para llenar casi 100 estadios olímpicos de fútbol, con capacidad de 80 mil espectadores.

Para asegurar el manejo eficiente de esta inmensa cantidad de residuos, se aprobó y está en vigencia desde hace tres años, una Política Nacional sobre Gestión Integral de Residuos Sólidos, cuya ejecución y monitoreo recae en primer lugar sobre los hombros de las autoridades del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Marena. Sin embargo, poco se conoce de este marco jurídico y, peor aún, prácticamente nada se pone en práctica, pese a que el manejo de los residuos está relacionado al desarrollo de una sociedad, a la salud de los pobladores y; a la protección del medio ambiente.

En Nicaragua, sólo cuatro de cada diez hogares elimina la basura a través de un camión recolector o depositándola en un basurero o en un contenedor autorizado, según los resultados oficiales del VIII Censo de Población y IV de Vivienda. Esto quiere decir que la mayoría de los hogares, 56.6 por ciento, la quema, la entierra, la arroja a un predio vacío o bien, la lanza a un río o quebrada.


En nuestro país, al igual que otros países del istmo y de la región, no se contemplan los costos económicos de la contaminación en sus diversas formas, por lo que no estamos conscientes del grado de deterioro ambiental que provoca el mal manejo de los residuos sólidos. Sólo por citar un efecto, se asegura que el exceso de residuos sólidos origina un agotamiento de los recursos vírgenes, lo que ha motivado la necesidad de encontrar formas efectivas para contrarrestar los efectos negativos.

En este sentido, el reciclaje se perfila como una alternativa viable para el tratamiento de los residuos sólidos, antes de utilizar otras formas como incineración, confinamiento, basureros, entre otras. Al respecto, cabe señalar que el 29.9 por ciento de los hogares nicaragüenses emplea precisamente alguna de estas formas inadecuadas de manejo sólido; mientras en el sector rural alcanza el 95% de los hogares, según los resultados del VIII Censo de Población y IV de Vivienda.


Managua, para muestra un botón

Según los datos que sustentan las bases de la Política de residuos sólidos, la recolección se realiza en 75 de los 153 municipios. La cobertura es parcial, debido a que algunas zonas son de difícil acceso, lo que implica que hay varias áreas en el país que carecen de este servicio.

En el caso de Managua, la mayor urbe nicaragüense, hay deficiencia en el sistema de recolección de residuos sólidos, porque solo hay 35 camiones y para abarcar a toda la capital se necesitan al menos 70 vehículos, afirmó el Ing. Modesto Rojas, Director General de Medio Ambiente y Urbanismo de la Alcaldía de Managua.

La recolección de la basura, siguió explicando el funcionario municipal, abarca entre 12% ó 13% del presupuesto de la alcaldía. Esta gran deficiencia que presenta la Alcaldía de Managua, y que es incluso más grave en otras municipalidades con menos recursos, confirma que la aplicación del MIRES se enfrenta a varios obstáculos, para realizar correctamente el proceso de recolección, uno de los primeros pasos del proceso.

De los residuos recolectados en el país, un 94% es vertido en depósitos o botaderos a cielo abierto o son quemados para reducir su volumen. Por otra parte, los residuos hospitalarios e industriales, que en la mayoría de los casos son tóxicos o peligrosos, no cuentan con tratamiento especial y el personal que los maneja no está provisto de equipamiento de prevención.

Según datos del Censo Nacional, sólo 40.1% del total de hogares nicaragüenses elimina la basura apoyándose en un camión recolector o depositando en basureros autorizados. Sin embargo, el 56.6% la quema, la entierra, la tira a un predio vacío o la arroja a un cuerpo de agua.

Esto significa que más de la mitad de los hogares no manejan adecuadamente los residuos sólidos, debido a múltiples factores, entre ellos, la falta de recursos y equipos recolectores por parte de las alcaldías municipales y la falta de conciencia de gran parte de la población, que utiliza métodos inadecuados para el manejo de los residuos sólidos.


Una oportunidad sin aprovechar

El exceso de residuos que se originan todos los días, ha originado la posibilidad de emprender actividades de procesamiento de residuos desde la recolección y acopio de la basura, hasta su tratamiento e incorporación en los procesos productivos como materia prima.

En Nicaragua, hay un universo extenso de posibilidades para aquellos emprendedores. Sin embargo, hace falta un cambio radical en la mentalidad de toda la población para poder visualizar la oportunidad que se presenta. Esto implica un cambio en la connotación, ya que “desechos” se le atribuye a aquel material que no tiene valor, mientras que “residuo” es todo aquel sobrante de una actividad que es valorizado y puede ser utilizado en otras actividades.

Para el especialista Mauricio Lacayo, en Nicaragua no ha funcionado el reciclaje por la falta de intervención del sector privado y de respaldo por parte del Estado nicaragüense.

Actualmente, sólo un pequeño grupo de microempresarios se dedica a las actividades de recolección y acopio, pero se necesitan de mejores estrategias de mercado y gestiones empresariales. Lacayo señala que el reciclaje ha quedado en manos de la indigencia, impidiendo que se aprovechen los residuos de una manera más adecuada. El problema de fondo no es que los indigentes realicen esta actividad, sino las condiciones en la que lo hacen y las bajas retribuciones que reciben.

Reciclaje: ¿panacea o alternativa?
El reciclaje como parte de la estructura del manejo integral de residuos sólidos permite que los residuos sean valorizables, es decir, que tengan valor económico. Diversos estudios han comprobado que el reciclaje brinda un sinnúmero de ventajas sociales, económicas y ambientales. Entre éstas sobresale el ahorro de energía, la menor descompresión de los recursos vírgenes, el incremento de los productos tangibles y; la generación de empleos, entre otros.

En lo que respecta al ahorro energético, en el caso del reciclaje de aluminio, se ha comprobado que este proceso reduce en un 95% el consumo de energía respecto a la elaboración a partir de materiales vírgenes, en los plásticos el 70%, para el acero 60%, para papel y vidrio 40% y 30%, respectivamente. Sin embargo en algunos casos el reciclaje conlleva a costos elevados en términos de recolección, transporte y tratamiento.

Sobre esta disyuntiva, el especialista Lacayo plantea que el reciclaje debe ser considerado como parte integral del manejo de los residuos sólidos, no como un fin en sí mismo, y promoverse cuando ofrece beneficios ambientales y económicos. Para ello ejemplifica que en Corn Island se tiene un experimento para recuperar vidrio, metal y aceite usado, pero es costoso transportarlo a Managua para que se le dé tratamiento, por lo que se deben de recurrir a otras medidas.

Los beneficios obtenidos del reciclaje son mayores cuando los residuos están limpios, ya que esto aumenta su valor de mercado, y cuando están disponibles en grandes cantidades. Dentro de este aspecto la separación en la fuente constituye un elemento fundamental para lograr la maximización del beneficio del programa de reciclaje. En Nicaragua no se cuenta con una Ley Especial de Residuos Sólidos, que obligue y regule la clasificación de los materiales desde el ámbito doméstico hasta las instituciones estatales y privadas.

Lacayo considera que un factor importante para que el reciclaje funcione en Nicaragua es la creación de centros regionales en ciudades como León, Chinandega y Matagalpa, que funcionen como centros acopiadores y así que los sistemas se beneficien de las economías de escala. Esto necesita de la colaboración de las municipalidades, del gobierno central y de la sociedad en general.

Por tanto, para el tratamiento de los residuos hay que analizar el tipo de residuos, el volumen y las características de la localidad. De esta manera si en una determinada comunidad se producen principalmente residuos orgánicos biodegradables que no cuente con recursos tecnológicos y financieros, las alternativas a considerar serían el compostaje.

Por otro lado, si es un área urbana con una densidad elevada de población y con cierto grado de nivel industrial, la generación de los residuos sólidos será significativa y estará compuesta en gran parte por material inorgánico que podría ser reciclado, procesado física o químicamente o que se dirija a rellenos sanitarios.

La decisión respecto a la combinación de formas de manejo de los residuos a implantar en una municipalidad, está en dependencia de un diagnóstico sobre los volúmenes y tipos de residuos que se generen y en la disposición de recursos humanos, técnicos, materiales y financieros.

Ciertamente el reciclaje no es la solución absoluta, pero es la opción más viable en el largo plazo; sin embargo, se necesita que la población se apropie del concepto reducir – reusar - reciclar y que las empresas conciban que esto no es solo sostenible para el medio ambiente, sino que puede ser económicamente sostenible.